COLEGIO DE SAN JOSÉ
Después de la fundación y
colonización de la villa de San Francisco de Campeche en 1540, los españoles
asentados en esta tierra necesitaban para sus descendientes y la población en
general una educación formal, por lo tanto decidieron llamar a la orden
religiosa encargada de educar: Los jesuitas; quienes a través de la educación
buscaron la preservación y la defensa de la religión católica.
A Instancia de Fray Pedro Reyes
Ríos de la Madrid, vicario de la entonces villa de San Francisco de Campeche se
decretó la Cédula Real del 30 de diciembre de 1714. Este mandamiento dispuso
que del convento de los jesuitas de la ciudad de Mérida, pasaran tres
religiosos a impartir la enseñanza de la Doctrina Cristiana, Gramática, Lectura
y Escritura, en un colegio que se sostendría con los capitales donados por
algunos vecinos, entre ellos, Don José de Santellín y Doña María de Ugarte,
quienes destinaron para tal fin, la cantidad de diez mil pesos.
Dispusieron también para el
sostenimiento del colegio, varias propiedades urbanas, entre ellas a una
pequeña iglesia que existía bajo la advocación de San José, la cual quedó
incluida también en la donación de los vecinos de Campeche.
A la llegada de los jesuitas
provenientes de la ciudad de Mérida, se hicieron cargo de los bienes y
capitales, construyeron una nueva iglesia en el lugar de la antigua, que ya
resultaba pequeña y primitiva. Impartieron la instrucción a la niñez, desde el
año de 1715 hasta el día 6 de junio de 1767, en que fueron expulsados de la
provincia.
Tras la salida de la orden, el
Ayuntamiento se hizo cargo del Colegio de San José, juntamente con la iglesia
anexa, cuyo cuidado se encargó a un seglar que desempeñaba las funciones de
vicario y maestro de letras a los pocos alumnos que entonces concurrían,
permaneciendo en esta humilde condición durante muchos años.
Durante este tiempo, el cuerpo
municipal promovió diligencias ante la Corte, a fin de que vinieran a
establecerse en el abandonado colegio cierto número de franciscanos de los que
entonces residían en Mérida, lo cual se consiguió. El día 8 de enero de 1799,
el Virrey de la nueva España, en cumplimiento de las órdenes reales, mandó que
se les proporcionaran a los franciscanos de la provincia de Yucatán los
edificios (Colegio e Iglesia) y capitales de San José. En ese mismo año, se
establecieron los discípulos de San Francisco, restableciendo el colegio, el
cual tomó desde entonces un auge que permitió el establecimiento de cátedras de
Filosofía, Latinidad y Teología.
El 1º.de octubre de 1820, las
Cortes Españolas, decretaron la supresión de las ordenes mendicantes, decreto
que fue comunicado por el gobernador de la provincia de Yucatán Don Juan María
de Echeverri, al Señor Don Miguel Duque de Estrada, alcalde primero del Ayuntamiento
de Campeche, en fecha 2 de febrero de 1821.
El Ayuntamiento nombró una comisión
compuesta de un clérigo, el presbítero don José Dionisio Iglesias, y tres de
sus miembros, don José Ignacio Medina y don Pedro Delgado, regidores; y don
Antonio Pérez Gutiérrez, síndico procurador, para recibir los bienes
patrimoniales de San José. El 23 de febrero de 1821, se hizo cargo de ambos el
cuerpo municipal, sosteniendo desde entonces una pequeña escuela provisional.
El Plantel continuó a cargo de Fray Francisco de Paula Izquierdo, impartiéndose
la enseñanza por cuenta de los intereses del capital legado por Don Miguel
Antonio de Estrada y en ese estado permaneció hasta 1823, en el que
definitivamente desapareció el antiguo colegio para crearse en su lugar el
Colegio Clerical de San Miguel de Estrada.
INSTITUTO CAMPECHANO